Experiencias diversas con el formato e-book

No se si ya lo comenté en mi anterior post sobre el tema, pero ya os puedo decir que si un relato o novela te engancha el formato papel o electrónico se difumina. El amante de la literatura se mete dentro de una buena historia y se olvida de todo lo demás. Un ejemplo de ello es mi primer intento de novela en e-book, Los Hermanos Karamazov de Fiodor Dostoyevski (muy barata en webs oficiales de venta de libros electrónicos), con sus peculiares personajes repletos de laberínticas psicologías, como lo atestigua este párrafo:

"(...) Empiece por no mentirse a si mismo. El que se miente a si mismo y escucha sus propias mentiras, llega a no saber lo que hay de verdad en él ni en torno a él, o sea que pierde el respeto a sí mismo y a los demás. Al no respetar a nadie, deja de amar, y para distraerse del tedio que le produce la falta de cariño y ocuparse en algo, se entrega a las pasiones y a los placer más bajos. Llega  a la bestialidad en sus vicios. Y todo ello procede de mentirse continuamente a si mismo y a los demás. El que se miente a si mismo, puede ser victima de sus propias ofensas. A veces se experimenta un placer en autodefenderse, ¿verdad? Un hombre sabe que nadie le ha ofendido, sino que la ofensa es obra de su imaginación, que se ha aferrado a una palabra sin importancia y ha hecho una montaña de un montículo; sabe que es él mismo el que se ofende y que experimenta en ello una gran satisfacción, y por esta causa llega al verdadero odio..."

Los cómics eran una incógnita por el tamaño de la pantalla y la condición monocroma de esta. Elegí el pasado sabado para estrenar esta faceta una aventura larga de los personajes Mortadelo y Filemón: Las Criaturas de Cera Vivientes. Una experiencia aceptable que me animará a leer más comics comprados y de dominio público (en monocromo, eso sí). 

El estatus de Las Criaturas de Cera Vivientes es tan dudoso como tortuoso, ya que es una historia apócrifa guionizada y dibujada por Ramon María Casanyes en 1982. Recuerdo haberla leído en las revistas Mortadelo cuando tenía catorce años. Lo primero que hizo Francisco Ibañez fue pedir quemar los originales de este y otros apócrifos después de quebrar Bruguera y volver a tener control sobre en sus personajes en Ediciones B. Una lastima, porque esta Las Criaturas de Cera Vivientes y algunas otras son más que interesantes (como La Perra de las Galaxias o Los Sobrinetes, estas sin la autoría de Casanyes). Y la odisea de Casanyes en Bruguera... que dura es la vida de un ilustrador cuando te condenan a dibujar la obra de otros sin acreditación y poniendo todas las trabas posibles para que no dibujes tus propios personajes.