Mens Sana In Corpore Sano (Juvenal)
“Mens sana in corpore sano” es una frase en latín acuñada por el poeta romano Décimo Julio Juvenal (60 d.C-128 d.C). Forma parte de las Sátiras de este autor. La traducción literal es "Mente Sana en Cuerpo Sano" y aboga por una mente tranquila, un cuerpo sano y un alma fuerte, que dan como resultado la virtud y paz interior al estilo de la filosofía estoica de origen griego. No hay que hilar muy fino para ver que este mensaje entra en conflicto con no pocos valores superficiales y pasajeros en la actualidad, donde prima más el exterior y la prepotencia que el interior y el amor al prójimo (como por ejemplo los codiciosos por el dinero, los brutotes de gimnasio o las mujeres que solo se ocupan de poner a punto su "carrocería")
A continuación una traducción de los versos de Juvenal por Tadeo Kosma M., creador de este envidiable blog de filosofía occidental y oriental: http://todofluye.wordpress.com/):
Se debe orar a los dioses para que nos concedan una mente sana en un cuerpo sano.
Pedir un alma fuerte que carezca de miedo a la muerte.Que considere el espacio de vida restante entre los regalos de la naturaleza.
Que pueda soportar cualquier clase de esfuerzos.
Que no sepa de ira, y esté libre de deseos.Y crea que las adversidades y los terribles trabajos de Hércules son mejores que las satisfacciones, la fastuosa cena y la placentera cama de plumas de Asurbanipal.
Te muestro lo que tú mismo puedes darte, con certeza que la virtud es la única senda para una vida tranquila.
(Sátiras, X)
Otras citas de Juvenal dispersas por su obra:
"Confiar en todos es insensato; pero no confiar en nadie es neurótica torpeza"
"El niño merece el máximo respeto"
"Haz de manera que seas tú el admirado y no lo que te pertenece"
"Todo el mundo desea saber, pero solo pocos están dispuestos a pagar el precio"
"El pueblo, del que en otro tiempo dependían el gobierno, la justicia, las fuerzas armadas, todo, ahora se desentiende y sólo desea con ansia dos cosas: [Panem et circenses] pan y circo"
La cuarta cita me recuerda a una anécdota relacionada con Sri Nisargadatta, maestro supremo de Vedanta Advaita y padre del Nisarga Yoga:
ResponderEliminar-'Maestro (se plañía el buscador); parece usted tan sereno, tan feliz en su omnisciencia. Y yo aquí, pobre de mí, sufriendo como un bellaco y a expensas del infortunio.'
A lo que el maestro, con su delicadeza habitual, respondía:
-'Déjese de monsergas; a usted lo que le ocurre es que le gusta una parte del sueño y no la otra. Resuelva esa contradicción y sea libre.'
Vamos; que muchos anhelan la libertad de lo Absoluto, pero pocos están dispuestos a pagar el precio.
Lo que me recuerda otra historia:
'Cierto maestro, harto de las súplicas de sus discípulos para que les desvelara el secreto de la libertad eterna, decidió ponerles a prueba:
-'Podéis tener esa libertad que tanto anheláis aquí y ahora. Una libertad absoluta y sin concesiones. Repito: absoluta y sin concesiones. Esa libertad que todos buscan y muy pocos encuentran.'
Dicho esto, trazó una línea sobre la arena y añadió:
-'Sólo tenéis que cruzar esta línea'.
Todos los discípulos quedaron mudos e inmóviles como estatuas.
El maestro sonrió y volvió a repetir:
-'Vamos; sólo tenéis que cruzar esta fina línea y obtendréis la liberación total. Ese estado que lleváis años persiguiendo.'
Mutis total. Ninguno de los alumnos movió siquiera un dedo.
Tras repetir otras tres veces su ofrecimiento y obtener la misma respuesta, el maestro dijo:
-'Retiro la oferta.'
El precio de lo Superior implica renunciar a todo aquello que nos ata.