Sinclair ZX-Spectrum +2, emulación y unas reflexiones
Corría el año 1987. Gracias a los pacientes ahorros de nuestra madre, mis dos hermanos y yo tuvimos en casa un flamante Sinclair ZX-Spectrum 128 +2, el primer modelo fabricado por Amstrad tras la absorción de Sinclair Research Ltd. por esta empresa (y al que un técnico tuvo que hacer un apaño en modo de entrada y salida para cassette exterior, ya que el propio cassette incorporado del ordenador era de una calidad bastante lamentable y se nos averió más de una vez).
Hacía varios años que habíamos podido conocer la gama Spectrum en casa de un amigo llamado Francisco Arroniz (los clásicos modelos de 16K y 48K) pero ahora era el momento de disfrutar con el Spectrum +2, que era nuestro primer ordenador doméstico o personal. Recuerdo que nuestros primeros cuatro juegos originales fueron Nemesis de Konami (el escogido por mi hermano Luis), Nosferatu de Piranha (escogido por servidor), Short Circuit de Ocean (el de mi hermano Javier) y finalmente Army Moves de Dinamic (comprado entre los tres).
Muchos fueron los juegos originales que hicieron pasar incontables tardes de entretenimiento a los hermanos Ortiz en esa máquina de Sinclair de color gris claro, entre ellos títulos como Ant Attack (creo que venía como regalo con el ordenador), Batman (Ocean), Batman The Caped Crusader (Ocean), Batman The Movie (Ocean), Fernando Martin Basket Master (Dinamic), Game Over (Dinamic), Head Over Hells (Ocean), Hypersports (Imagine, ¡recibido por mi hermano Luis un 28 de diciembre después de muchos meses de espera!), Thanatos (Durrell) o WWF Wrestlemania (Ocean, practicamente el último juego original de Spectrum que compremos, allá por 1991 o 1992). La lista completa de juegos y compañías de software sería muy larga de enumerar en su totalidad, ya que el precio de 875 pesetas en la época posibilitaba la ingente compra de software original.
La abrupta desaparición de la revista Microhobby de Hobby Press a principios de 1992 fue el detonante y la puntilla para la muerte de cualquier modelo de Spectrum como máquina comercial de juegos (también sufrieron la misma suerte el ZX-Spectrum +3 con unidad de disco y un +2A con cassette incorporado). De hecho, por esas fechas ya estaba en casa un compatible PC AT-286 con monitor en blanco y negro. Lo que parecía el fin se convirtío en una esperanza de preservación cuando apareció un emulador de Spectrum 48K para PC, el autor era Pedro Gimeno y, mediante un sencillo montaje que nos fabricó un amigo que sabía de electrónica, nos pusimos a pasar juegos desde cassette al disco duro del PC mediante el puerto paralelo del ordenador. Este proceso comenzó en 1993, y siguió tras las sucesivas actualizaciones del PC a 386, 486 y Pentium. Sería injusto obviar que los juegos de 128K los fuimos pasando con otro emulador que apareció para PC, el Z80 del holandés Gerton Lunter (cuyo montaje también nos fue construido por el mismo amigo de antes, de nombre Toni Rossell).
Como reflexión y consejo, desde aquí nos animo a preservar lo que creais que pueda valer la pena, ya no solo en matería de retroinformática, sino también en cine, literatura, cómic, música y cualquier modo de expresión artística humana. Muchas cosas interesantes o extrañables han desaparecido de la memoría de la historia (ya sea por olvido o por barbarie) y no estaría mal poner nuestro granito de arena para enriquecer el acervo cultural para las próximas generaciones. Como dice una frase de la novela Diario de un Zombi de Sergi Llauger, somos como estrellas fugaces en la vida, pero si ayudamos a la preservación de nuestra cultura popular lo haremos con algo que formó parte de nosotros mismos y será un bien para esa cultura popular que los críticos condenan al olvido, pero que es la que -en muchos casos- hace vivir y vibrar a la gente que pasa buenos y malos momentos en la época que les ha tocado en suerte.
Benditos microcosmos virtuales. Todavía recuerdo jubiloso los cráneos machacados (electrónicos, se entiende) durante mis partidicas en el 'Street of Rage', o las irritantes cáscaras de platano que, con deleite (y mayor cabreo de mi hermano), esparcía en los circuitos del 'Super Mario Kart'.
ResponderEliminarQué tiempos aquéllos... Pa que luego digan que la informática es una disciplina fría y aséptica. Lagrimillas de emoción asoman en mis cuencas oculares al escuchar las simpáticas y entrañables melodías de los juegos del pasado.
Esos muñequitos con bigote, púas y pistolones de calibre mayestático me han deparado -nos han deparado- momentos emotivamente superlativos e instantes que ya han dejado huella indeleble en nuestra memoria. (sniff!!)
Pronto llegará el dulce otoño y, con él, la nueva maravilla de Nintendo en tres dimensiones. Pero la sofisticación y poderío de esta nueva delicatessen tecnológica nunca reemplazará (por muy pureta que suene esto) el encanto y el sentido de la maravilla de los clásicos de antaño.
He dicho.
Como se nota que es la consola SuperNintendo ;)
ResponderEliminarPara mi también fue especial esta máquina y aun lo es :-), somos unos cuantos los que tratamos de darle vida con juegos nuevos, webs,etc...
ResponderEliminarY es garcias a antonio como llegó a casa y lo que me ha marcado ¡gracias brother!
de nada, irmao do Sol ;-)
ResponderEliminareste tambien fue mi primer ordenador.... snifff.. el +2, mi primer juego fue el green bertet de konami, que dificil que era, al cabo de 4 años llege a reunir mas de 750 juegos.
ResponderEliminarel primer ordenador es un recuerdo ineludible, y tuvimos la suerte de que duro diez años, más que muchas máquinas actuales.
ResponderEliminarQue tal Antonio, yo siempre anhele un ordenador cuando supe de la existencia de estos, recuerdo los spectrums de algunos amigos y un msx de otro amigo, se me caia la baba. :-) pero al final aunque tarde consegui hacerme con uno y vaya que si lo disfruté. Ahora tengo unos 10 ordenadores de 8 bits y 2 de 16 bits, quien iva a decir que 30 años despues iva a tener esa cantidad. Un abrazo y que sigan funcionando por muchos años los Spectrum.
ResponderEliminarImpensable durante la época de decadencia comercial de los 8 bits, pero afortunadamente estamos entre todos haciendo justicia a máquinas y programadores de esa época, la primer generación que vivimos la entrada de ordenadores en las casas
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