Miles Davis y Kind of Blue: La creación de una obra maestra (Ashley Kahn)

Hace varios días que acabe de leer este libro que rememora las dos sesiones de estudio que hicieron posible el álbum Kind of Blue (Columbia, 1959), uno de los más famosos e influyentes de Miles Davis en el mundo del Jazz y más allá de él. La sensación de maravilla no se ha desvanecido todavía, algo meritorio para una obra de no ficción. Lo más curioso de todo es que tuve en mente comprar este libro durante años, pero por una u otra razón siempre se posponía (también contribuyo a este hecho que suelo pensar que la música habla por si misma).

El libro de Ashley Kahn está estructurado en cuatro secciones: la del proceso de maduración de Miles entre su experiencia en los grupos de Charlie Parker hasta la formación del sexteto que grabó Kind of Blue, las sesiones de Kind of Blue propiamente dichas, el lanzamiento del álbum por Columbia y su amplio legado artístico. En este último apartado se habla de la influencia del disco en el Jazz y la música posterior, como en el caso del Pop y el Rock a través de artistas como Andy Summers de Police, Donald Fagen, James Brown (Cold Sweat), Steely Dan o The Doors (Riders On The Storm). Kahn se deja en el tintero unos pocos rockeros influenciados por este álbum como Jimi Hendrix y Carlos Santana (a los que también gustaba el también emblemático A Love Supreme de John Coltrane). 

De entre los capítulos que conforman este Miles Davis y Kind of Blue: La creación de una obra maestra, destacaría el viaje en el tiempo que nos retrotrae a las sesiones de grabación del disco. Ashley Kahn consigue una atmósfera mágica donde se desgranan los interpretaciones y ocurrencias de Miles, John Coltrane, Cannonball Adderley, Bill Evans, Wynton KellyPaul Chambers y Jimmy Cobb. Practicamente te sientes transportado al estudio de grabación. Te pones en la piel de los músicos en las tomas falsas y definitivas de los cinco temas que conforman el álbum: So What, Freedie Freeloader, Blue In Green, All Blues y Flamenco Sketches. Al terminar la última página dedicada a las sesiones del álbum, no pude evitar un sentimiento de pena (solo similar cuando alguna vez he terminado la obra completa de un escritor y no tenía más suyo para leer). Toda una experiencia.

Muchos factores ayudaron para que este disco llegará a ser lo que es. Entre ellos estos tres:

1. Estaba la búsqueda musical de Miles que, como alternativa a tocar con secuencias de acordes del jazz de la época (Bebop y Cool incluidos), probó a tocar con una estructura de modos más propia de la música clásica e inspirada en Ravel y Rachmaninov (con el álbum Milestones de 1958 ya había comenzado a indagar en las estructuras modales). A primera vista parecía una simplificación armónica, pero lo que se consiguió a cambio fue una potenciación melódica y una mayor libertad interpretativa. La economía de notas y la calma sonora no empobrecía el sonido sino que le ayudaba artisticamente. Aquí los músicos afinaron su oído a lo modal, y se puede decir que no suena igual el sonido de alguien que solo sabe tocar cuatro notas y el de alguien capaz de tocar mil pero que elige tocar tres (la diferencia entre simple y sencillo no suele ser gratuita). El mismo concepto modal, atmosférico y de economía de notas, se encuentra en el tema que da título al álbum In A Silent Way (1969), el primero de la etapa eléctrica de Miles.

2. Como ya he dejado caer antes, otro punto fuerte fue el talento innato de los músicos escogidos por Miles para Kind of Blue. Entre ellos estaba el pianista Bill Evans que comparó el proceso de creación del álbum con el de la disciplina Zen de pintura japonesa (por la misma época, muchos artistas y intelectuales norteamericanos leían los libros sobre Budismo Zen de Alan Watts y D.T. Suzuki). No escapa a esto la espontaneidad de la grabación, ya que Miles solo había compuesto esbozos de los cinco temas (Bill Evans fue co-autor de dos de ellos y parte importante del alma del álbum).

3. Una compañía discográfica (Columbia) que apostó y creyó en el proyecto que se le ofrecía al margen de las ganancias económicas (con el tiempo, se puede decir que con Kind of Blue les salió el negocio redondo).

Comentarios

  1. Este domingo a las 23.30 por La 2 emiten el documental "Miles Electric: A Different Kind of Blue". Yo no podré verlo, si tú lo ves ya me comentarás si vale la pena :-)

    ResponderEliminar
  2. Vale la pena si también se es fan del periodo eléctrico de Miles Davis (que también es mi caso).

    De hecho, se dice que In A Silent Way (el primero del Miles como jazz-fussion) es Kind of Blue en eléctrico porque también lo concibió de forma modal.

    Bitches Brew (1970) tuvo más exito que su predecesor In A Silent Way (1969) , pero prefiero este último.

    ResponderEliminar
  3. [sobre A Different Kind of Blue]
    Recuerdo que en el documental salía el critico Stanley Crouch (socio y aliado del neo-tradicionalista Wynton Marsalis) que critica el periodo eléctrico de Miles. No me cayó bien el personaje, tiene un lenguaje corporal desagradable y no queda muy serio lo de descalificar una música por la naturaleza acústica o eléctrica de los instrumentos.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Acuarela. Nadie camina por la vida sin haber...

Canciones de "Acuarela" de Toquinho en castellano

Apocalipsis Z y Zombi.Blogia