Córdoba, ciudad de cultura y convivencia
Imagen nocturna de la Mezquita y Puente Romano de Córdoba
Se que esta entrada quedará solo en un sincero homenaje a una importante capital andaluza, pero no he podido evitar tener un gesto cuando creo que se ha cometido una injusticia.
Pues bien, hace pocos días ha sido elegida San Sebastián como Capital Europea de la Cultura 2016. Aprovechó para mostrar mi desaprobación por esta elección en detrimento de otras ciudades como Córdoba o Zaragoza. El caso de Córdoba es harto escandaloso, ya que esta SI es una urbe con historia y cultura de verdad. A todas luces la elección de San Sebastián ha tenido tintes políticos y por dinero para auspiciar -según dicen- la paz y la convivencia. En realidad parece más el premio a un matón de barrio para que se porte bien (que al principio votó en contra de su candidatura), cuando los habitantes de Córdoba han sido ejemplo de esa convivencia durante siglos. Esto se parece a aquellos trabajos donde el empresario ignora a los que se implican y premia a los que no se implican.
Un mini-reportaje sobre Córdoba
Considero que un poco de cultura general no está mal, por lo que les recordaré a los que han tachado despectivamente a los ciudadanos de Córdoba como "descendientes de moros y paletos" que algunos destacados artistas, médicos y filósofos de la Roma clásica y del medievo eran cordobeses: Lucano, Séneca, Averroes, Maimónides, Ibn Hazm, Luis de Góngora, etc... Y esto sin contar con su gran legado arquitectónico y la sociabilidad y amabilidad proverbial de la gente que vive en sus calles. Esto es Córdoba. Por el otro lado, los principales alicientes deben ser los Festivales de Jazz y de Cine, que no creo que lleguen más allá del siglo XX :-)
La misma historia de siempre desde hace unos "cuantos" años, quitar al que menos tiene (en nivel de vida) y dar al que más tiene. Y luego hay algunos ministros (y ministras como la Sinde, parece que la paridad va acompañada de la misma ineptitud) que se dicen de izquierdas. Para los desconfiados: no tengo nada en contra de la ciudad de San Sebastián, solo que su elección de Capital Cultural Europea no se ha regido por criterios culturales de verdad.
Bueno y oportuno reportaje. Los argumentos que has aportado, sin ningún género de dudas, hacen ver el peso dentro de la cultura que ha tenido Córdoba y que sigue teniendo. Desde mi blog apoyo a Córdoba y modestamente iré aportando imágenes de los rincones de esta ciudad para una mayor difusión.
ResponderEliminarRecibe un cordial saludo.
http://ventanadefoto.blogspot.com/
Y tanto que Andalucía es de cine... todavía recuerdo el invierno del año 2000, deambulando por las sinuosas calles de esta magnífica ciudad (comparable a Granada en prestancia y belleza), extasiado por la bendita luz que se filtraba a través de los ventanucos e iluminaba aquí una pequeña flor, allá una morenaza de rompe y rasga... ay, sí!! Córdoba (al igual que Barcelona, al igual que Granada, al igual que Toledo...) representa para el fotógrafo (y pa cualquier alma mínimamente sensible) algo similar a un orgasmo dichosamente prolongado.
ResponderEliminarSobretodo en invierno...
Y es que toda España es de cine, coño!! (lo siento; me ha salío la vena patriótica).
ResponderEliminarTiene cojones que se tache de 'descendientes de moros y paletos' a los cordobeses. Quizás exagero un poco, pero puede que todavía nos estuviéramos limpiando el culo con una piedra de no haber sido por nuestra herencia musulmana.
ResponderEliminarGracias por tu comentario, Ventana de Foto. No dejes de actualizar tu blog. Bien por tus imagenes de Córdoba.
ResponderEliminarHola, Ibur. La presencia musulmana en la Península Ibérica (ocho siglos) es vital culturamente en la historia de España, por lo que el uso despectivo que he comentado es de muy mal gusto (que me notifico un amigo cordobés que seguía la polémica de los últimos días).
ResponderEliminarSi no hubieran existido los sabios musulmanes del medievo se hubieran perdido muchas obras filosóficas y científicas griegas y romanas (el mismísimo Aristóteles estaba practicamente olvidado en Europa por la época de Avicena y Averroes). También tuvieron su mérito los cristianos orientales o nestorianos, que pasaron estos textos a los árabes.