Entrevista de Jesús Quintero al maestro zen Dokusho Villalba
El presentador Jesús Quintero (Canal Sur) entrevistó el 15 de abril de 2008 a Francisco "Dokusho" Villalba, primer español reconocido como maestro Zen por la escuela Soto de Japón. Villalba hace un repaso a su biografía y existencia vital, desde sus humildes origenes de Utrera (Sevilla) hasta sus vivencias como maestro, pasando por su militancia de izquierdas durante años los 60s y 70s o el significado del Wu-Wei o "No Hacer Nada" del taoísmo:
¡Un maestro zen seguidor de Bambino! :-)))))
ResponderEliminarQuiyo, Tony, este tío es un 'vasila' que decimos por aquí.
(Interesante entrevista, gracias).
:-)
De nada, Sap. ¿Que significa 'Vasila'? Tengo raíces andaluzas en parte, pero desconozco su significado :-)
ResponderEliminarDokusho Villalba también es autor de poemas que no están nada mal (al menos a mi entender) :-) Algunos los tiene en su blog o su muro de Facebook
ResponderEliminar'Vasila' (de vacila, de vacilar) es una palabra slang en peligro inminente de extinción. El vacila venía a ser el chuleta del barrio, el pinturero de la calle, pero de inocuo comportamiento... Es por eso que el término no tiene connotación negativa. Era muy habitual usarlo como apodo: Pepe er Vasila, Antonio er Vasila.
ResponderEliminarPero a lo que iba, que era muy típico de vacilas el gusto por escuchar a Bambino.
Saludos.
:-)
Gracias por la aclaración, Sap ;-) Ya podré decirte Sap er Vasila si coincidimos en Barcelona o Sevilla :-D
ResponderEliminarCalderón de la Barca ya lo sabía:
ResponderEliminarSoliloquio de Segismundo en 'La vida es sueño',
Sueña el rey que es rey, y vive
con este engaño mandando,
disponiendo y gobernando;
y este aplauso, que recibe
prestado, en el viento escribe,
y en cenizas le convierte
la muerte, ¡desdicha fuerte!
¿Que hay quien intente reinar,
viendo que ha de despertar
en el sueño de la muerte?
Sueña el rico en su riqueza,
que más cuidados le ofrece;
sueña el pobre que padece
su miseria y su pobreza;
sueña el que a medrar empieza,
sueña el que afana y pretende,
sueña el que agravia y ofende,
y en el mundo, en conclusión,
todos sueñan lo que son,
aunque ninguno lo entiende.
Yo sueño que estoy aquí
destas prisiones cargado,
y soñé que en otro estado
más lisonjero me vi.
¿Qué es la vida? Un frenesí.
¿Qué es la vida? Una ilusión,
una sombra, una ficción,
y el mayor bien es pequeño:
que toda la vida es sueño,
y los sueños, sueños son.
*Magistral e inmortal composición que revela no sólo a un genio de las letras, sino a un místico y visionario de enorme valía. Recuerdo que cuando era un zagal me impusieron estudiarla, analizarla y diseccionarla. Por aquél entonces, no entendí gran cosa. Ahora que soy un poco menos gañán, alcanzo a mirar un pelín más allá. Y en verdad que me maravillo cada vez que la releo, atreviéndome, incluso, a recitarla en voz alta (si no hay moros en la costa).
Para el todo el que ya esté recorriendo el Camino, un texto repleto de la sabiduría de los antiguos escritos...
Estupenda aportación, Ibur ;-)
ResponderEliminarHe aquí, amigo Antonio, otra maravillosa perla literaria (un fragmento) que entronca perfectamente con la esencia de esta entrada. En ella se nos habla, como pocas veces se ha hecho, acerca de la transitoriedad de las cosas y la trascendencia del alma. Cuando el arte es verdaderamente arte y no simple impostura, las fronteras entre éste y la espiritualidad se desdibujan.
ResponderEliminarTristes estrofas, esperanzadoras estrofas...
'Coplas a la muerte de su padre'
Jorge Manrique (1440-1479)
Recuerde el alma dormida,
avive el seso y despierte
contemplando
cómo se pasa la vida,
cómo se viene la muerte
tan callando,
cuán presto se va el placer,
cómo, después de acordado,
da dolor;
cómo, a nuestro parecer,
cualquiera tiempo pasado
fue mejor.
Pues si vemos lo presente
cómo en un punto se es ido
y acabado,
si juzgamos sabiamente,
daremos lo no venido
por pasado.
No se engañe nadie, no,
pensando que ha de durar
lo que espera,
más que duró lo que vio
porque todo ha de pasar
por tal manera.
Nuestras vidas son los ríos
que van a dar en la mar,
que es el morir;
allí van los señoríos
derechos a se acabar
y consumir;
allí los ríos caudales,
allí los otros medianos
y más chicos,
y llegados, son iguales
los que viven por sus manos
y los ricos.
Invocación:
Dejo las invocaciones
de los famosos poetas
y oradores;
no curo de sus ficciones,
que traen yerbas secretas
sus sabores;
A aquél sólo me encomiendo,
aquél sólo invoco yo
de verdad,
que en este mundo viviendo
el mundo no conoció
su deidad.
Este mundo es el camino
para el otro, que es morada
sin pesar;
mas cumple tener buen tino
para andar esta jornada
sin errar.
Partimos cuando nacemos,
andamos mientras vivimos,
y llegamos
al tiempo que fenecemos;
así que cuando morimos
descansamos.
Este mundo bueno fue
si bien usáramos de él
como debemos,
porque, según nuestra fe,
es para ganar aquél
que atendemos.
Aun aquel hijo de Dios,
para subirnos al cielo
descendió
a nacer acá entre nos,
y a vivir en este suelo
do murió.
Ved de cuán poco valor
son las cosas tras que andamos
y corremos,
que en este mundo traidor,
aun primero que muramos
las perdamos:
de ellas deshace la edad,
de ellas casos desastrados
que acaecen,
de ellas, por su calidad,
en los más altos estados
desfallecen.
Decidme: la hermosura,
la gentil frescura y tez
de la cara,
el color y la blancura,
cuando viene la vejez,
¿cuál se para?
Las mañas y ligereza
y la fuerza corporal
de juventud,
todo se torna graveza
cuando llega al arrabal
de senectud.
Joer, ojalá los comentarios a esta entrada durarán para siempre! :-)))
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