Tai Chi y sus efectos beneficiosos



47 estudios científicos confirman beneficios del Tai Chi
ÁNGELA BOTO (número 564 del suplemento SALUD de elmundo.es, 13 de marzo de 2004)

A nadie le resulta extraño ya contemplar a Tom Cruise convertido en un improvisado samurai o a los habitantes del mundo futuro combatiendo el mal gracias al kung fu, pero parece que Oriente, con sus prácticas y filosofías milenarias, no sólo está conquistando el cine y la cultura occidentales, sino que también ha penetrado en la medicina de la mano de un sinfín de técnicas que están demostrando tener efectos beneficiosos para la salud y el bienestar.

Entre ellas se encuentra un tipo de arte marcial que sirve de base para las de combate, pero cuyo objetivo esencial no es la defensa: el taichi chuan, conocido simplemente como taichi.

Una revisión de 47 estudios publicada esta semana en la revista Archives of Internal Medicine indica que la técnica china aporta numerosos efectos positivos que van desde los puramente fisiológicos, como mejoras en la función cardiovascular, hasta aspectos psicológicos, entre los que se encuentra la disminución de la ansiedad o la depresión.

EQUILIBRIO. De hecho, en el propio nombre de esta disciplina se encierra su aproximación integral del ser humano porque tai significa equilibrio, armonía o comunión de contrarios y chi es la palabra china para designar a la energía vital.

Los estudios revisados abordaban diferentes patologías y trastornos. Según los autores, el taichi claramente aportaba una mejoría en las funciones cardiovascular y respiratoria de sujetos sanos pero, lo que es más importante si cabe, también lo hace en pacientes afectados de patologías tan comunes como la hipertensión, la artritis e, incluso, en individuos que han sufrido un infarto de miocardio o cirugía cardíaca.

Cualquier edad es buena para practicar este arte marcial y así lo demuestran los resultados obtenidos en varios trabajos realizados en población anciana.

Además de los efectos mencionados, se ha visto que el taichi aumenta considerablemente la agilidad, la flexibilidad y, con ellas, la independencia funcional de las personas mayores. Pero eso no es todo, porque incluso un estudio sugiere que mejora la sintomatología de los enfermos de Alzheimer.

PSICOLOGÍA. En lo relativo a los aspectos psicológicos, el taichi aporta, a cualquier edad, una reducción del estrés, de la ansiedad y de la depresión. Por otro lado, aumenta la sensación de bienestar y de satisfacción. En un grupo de estudiantes que practicaron durante 12 semanas se observó que se sentían más competentes en sus tareas y que efectivamente habían mejorado en las pruebas de percepción.

Probablemente muchos hayan visto en parques u otros espacios al aire libre grupos de personas practicando una particular danza lenta y meticulosa mientras mantienen una extraordinaria concentración. Ésta podría ser la imagen típica del taichi cuya base es una combinación de una potente respiración diafragmática con la relajación, todo ello por medio de posiciones concretas que se entrelazan a través de movimientos lentos y precisos.

MOVILIDAD. Los movimientos básicos son 24, a los que Flor Atuña, profesora de taichi en el Instituto de Terapias Integrales y Enseñanzas Energéticas de Madrid, define como «las siete notas musicales». Según esta especialista, «una vez conocidos se ejecutan en una media de siete minutos». Eso sí, el aprendizaje lleva su tiempo y depende de las habilidades de cada persona.

En general, una sesión comienza con otra técnica oriental denominada chi kung (o qigong) que sirve a modo de calentamiento y de relajación y también hay un momento para la meditación tanto al principio como al final de los movimientos propiamente dichos del taichi. Existen distintos estilos con orígenes diferentes; algunos tienen un carácter más introspectivo puesto que proceden de una línea filosófica y otros, sin embargo, son más marciales, ya que surgieron de los guerreros. Pero «todo el taichi es terapéutico», afirma Atuña.

Por otro lado, además de ser una agradable manera de mantenerse saludable, porta la esencia de una filosofía milenaria, el taoísmo. «Es el Tao Te Ching [la biblia taoista] expresado en movimiento», explica Atuña. Y es que este arte marcial se ha concebido como una forma de conocimiento personal, un modo de profundizar en la propia personalidad y descubrir todo su potencial.

En uno de los fragmentos del mencionado texto se expresa esta idea: «Las experiencias externas sirven para sentir el mundo, y las internas, para comprenderlo». Aunque no se considera una técnica de batalla en sí, «es un combate contra la sombra, contra lo que desconocemos y negamos de nosotros mismos», asegura la profesora de taichi.

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