Efectos de la meditación zen
Un extracto del libro “BENEFICIOS DEL ZEN PARA UN OCCIDENTAL” de Marco Antonio de la Rosa Ruiz Esparza, donde el autor especifica los efectos de la meditación zen en sus practicantes (las fotos son del maestro zen Taisen Deshimaru):
La práctica de la meditación -y en este caso de la Meditación Zen, nos aporta importantes beneficios, similares a los cambios generados con la práctica de la oración profunda y la contemplación.
Desde el punto de vista científico se pueden observar cambios fisiológicos relacionados con la actividad mental del practicante. Entre los efectos fisiológicos podemos mencionar los siguientes:
Reducción del consumo de oxígeno total en 20 por %.
Reducción de la frecuencia respiratoria de 12-14 a 4-6 respiraciones por minuto.
Aumento cuantitativo de las ondas alfa en el E.E.G. (electroencefalograma).
Aparición de ondas zeta.
Reducción de la presión arterial a una medida de 20 por % en los pacientes hipersensibles.
Aumento (hasta quintuplicarse) de la resistencia cutánea.
Modificaciones del Ph y del bicarbonato de sodio en la sangre.
Reducción en la producción de uropepsina.
Disminución del flujo cardíaco (flujo de sangre en el corazón) de un 25 por %.
Entre los efectos psicológicos mencionaremos los más habituales:
Mayor capacidad intelectual y aumento de la energía y de la eficacia en cualquier tipo de actividad.
Mayor capacidad de reacción psicofísica.
Mayor calma e eliminación de la tensión mental y física.
Sensación y sentimiento de mayor seguridad y de prudencia al hablar y actuar.
Aumento de la capacidad creativa, de la productividad inventiva, del discernimiento, de la intuición y de la concentración (en el estudio, por ejemplo). O facilitación del aprendizaje y la memoria.
Pérdida del deseo de alucinógenos o de drogas depresivas, del alcohol, del tabaco, del café, o total eliminación de estos estupefacientes en las personas viciadas.
Atenuación de síntomas de algunos condicionamientos corporales, insomnio, hipertensión.Retraso de variables relacionadas con el envejecimiento.
Mejor movilización de los recursos corporales para afrontar circunstancias intensas como accidentes, monotonía sensorial, infortunios, etc.
Disminución de la respuesta fisiológica a situaciones de estrés agudo y crónico. El estrés crónico afecta a niveles de cortisol, testosterona, THS, GH y LH. Los niveles de estas hormonas responden diferencialmente al estrés agudo y crónico. Se ha encontrado que en meditadores la respuesta hormonal es menor tanto en situaciones de estrés agudo como crónico.
Sumado a ello puede notarse cómo el practicante reconoce (en mayor o menor grado) una serie de manifestaciones ajenas a él antes de iniciarse en su práctica meditativa:
Un notable ensanchamiento del margen de libertad interior en los procesos resolutorios (decisiones y opciones personales).Un profundo sentimiento de armonía y equilibrio interior.
Una mejoría en las condiciones generales de su salud.
Un crecimiento de la sensación de felicidad y de alegría de vivir.
Se podría decir que la meditación puede ayudar a que la mente y el cuerpo sean más flexibles y, por tanto, se adapten mejor a las nuevas circunstancias tanto internas como externas; y que los cambios biológicos y psicológicos bruscos (respuestas biológicas y psicológicas a situaciones difíciles o muy estresantes) produzcan un “menor impacto” en los meditadores.
Llegando incluso a sugerir que la flexibilidad y/o adaptabilidad biológica podría constituir uno de los correlatos biológicos de la expansión de la consciencia y, por tanto, del crecimiento personal.
Así la meditación podría definirse como atención vigilante, plena, sostenida y, desde esta perspectiva, el aprendizaje de la misma consistiría en un entrenamiento de la mente en su capacidad de dirigir y focalizar voluntariamente la atención. Este aprendizaje, en el que el entrenamiento de la voluntad forma una parte esencial, permite llegar a controlar el discurso interior mental. Este control permite percibir que el yo no es el pensamiento y este descubrimiento, a la vez que es esencial en los procesos de crecimiento personal, podría ser una de las puertas de entrada a la experiencia de otras formas de consciencia. A esto puede añadirse que la transformación se da en muchos aspectos de la personalidad: en lo moral, psicológico y hasta en el aspecto físico y fisiológico. Resultados que muchos consiguen sólo elaborar penosamente a lo largo de meses o años de psicoterapia.
Extraído de la entrada Zazen de la Wikipedia:
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INFLUENCIA PSICOSOMÁTICA DEL ZAZEN
La postura corporal mejora. Se afianza la motricidad desde el centro de gravedad del cuerpo, a la altura de la pelvis. Desaparecen tensiones innecesarias, especialmente las derivadas de expresión o auto control en la cintura escapular (hombros y omóplatos) y cuello.
Mejora el riego cerebral y la compenetración entre las tres capas del cerebro (instintivo, emocional, y córtex) y la conexión entre hemisferios.
Se establece una respiración más lenta y profunda, integrando el abdomen en el movimiento del diafragma, consiguiendo una mayor y más equilibrada oxigenación de todo el metabolismo.
Se crea una coordinación entre la expresión corporal y el pensamiento. Los pensamientos desordenados del subconsciente tienden a depurarse, como en una digestión mental.
Se producen niveles de descanso metabólico y mental más profundos que durante el sueño corriente.
Se flexibilizan partes del cuerpo como las caderas, ingles, lumbares, tobillos, rodillas (aunque se recomienda ser cauteloso con las rodillas al colocarse), y se permite la participación psicosómatica de más partes del cuerpo en la configuración de sensaciones (integración emocional del cuerpo).
Mentalmente se tiende a dejar las actitudes de ansiedad. Se deja de ver las opiniones y descripciones como tajantes en presencia de un opuesto. Se produce una reintegración de la intuición y la herencia subconsciente, al tiempo que renovada apertura para hábitos o visiones nuevas.
El Zazen se considera una puerta a lo más profundo del ser y la llave a nuevas etapas de desarrollo de la conciencia. Al mismo tiempo se describe a veces como el método de devolver al cuerpo y la mente su condición natural.