Chuck Norris y su libro sobre el Zen en Obelisco


Escrito en forma de autobiografía en 1996 y editado en España por Ediciones Obelisco en 1998, este libro del ex-campeón de artes marciales Carlos Ray "Chuck" Norris nos sumerge en una sucesión de recuerdos personales donde el actor explica como la filosofía y enseñanza del budismo zen le ayudaron en momentos concretos de su vida y como aplicar estas en los entresijos de la cotidianidad. 

Algunas de las vivencias que Norris tiene a bien relatarnos: su dificil infancia y adolescencia, su primer conocimiento del zen gracias a un adepto budista, su afición por las artes marciales que le llevó a competir profesionalmente y llegar a ser campeón del mundo, su amistad con figuras del celuloide como Bruce Lee o Steve McQueen o como llegaron sus primeros papeles para el Séptimo Arte. 

Chuck Norris tampoco escatima opiniones o pinceladas personales sobre temas variados: su labor como profesor, la muerte de su hermano Wieland en la Guerra de Vietnam, sus héroes del western clásico, la película Los Siete Samurais de Akira Kurosawa, la serie Kung-Fu (protagonizada por David Carradine), referencias a maestros y movimientos de diversas artes marciales (aikido, capoeira, karate, kick-boxing, jiu-jitsu, etc...) Una de las reflexiones que más me gustó fue la que hace acerca del I Ching o Libro de los Cambios, muy inteligente para quién quiera aplicarla en la vida cotidiana (básicamente fluir en las situaciones de fuerza que depara el día a día).   

Soluciones Zen a los problemas cotidianos (traducido por Montserrat Porti para Obelisco) no enseña nada nuevo sobre el zen si se ha leído bastante sobre el tema, pero es un libro entretenido, sencillo y sin pretensiones, y lo es más cuando se superan los prejuicios fáciles (y muy poco arriesgados si uno es de izquierdas) que se puedan tener hacia Norris por sus dotes limitadas como actor. Parte del publico potencial de este libro también se podría encontrar entre los aficionados de las películas de artes marciales de la década de los 70.

Una cita y/o párrafo de este libro que me llamó la atención:
"Nunca sabes cuándo el encuentro con un extraño puede cambiar el curso de tu vida, si te apartas de tu propio camino" (esto lo he experimentado para bien y es una gran verdad).

Antes de terminar comentaré que el encabezamiento de muchos capítulos de Soluciones Zen a los problemas cotidianos son párrafos o citas de figuras y libros como el Bhagavad Gita, Confucio, el samurai Miyamoto Mushashi, D.T. Suzuki, Alan Watts, Eugen Herrigel, frases atribuidas a Buda y otras fuentes, lo que hace de este libro introductorio un posible acicate para la lectura de estos otros autores y sus obras.

Comentarios

  1. En este caso, lo más sabio es mirar más allá de su escalofriante filmografía y su seudónimo cinematográfico. Tengo la sensación de que Norris es un hombre (contradictorio como todos) con una trayectoria vital de lo más interesante y una nada desdeñable sabiduría.

    Un buen tío, vamos (al que no le soplaría en la oreja).

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  2. Obviamente que es asi, Chuck es de su pueblo (norteamericano en este caso) pero se implica con los niños con Sindrome de Down y con los que tienen enfermedades terminales. En el libro cuenta como hizo feliz a un niño que estaba a punto de morir, ya que su ilusión era conocer a su héroe "Chuck Norris".

    Para mi vale mucho más eso que enseñar a la gente joven a odiar al prójimo (por raza o forma de pensar), a hacer lucha callejera o destruir inmobiliario urbano.

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  3. A un hombre se le define por sus actos. Norris suele ser ridiculizado por cierto tipo de culturetas muy dados a juzgar con suficiencia todo aquello que no encaja dentro de sus estereotipados esquemas mentales. Pero lo cierto es que, además de ser un maestro reconocido y venerado en el terreno de las artes marciales, Norris lleva a cabo una labor social y humanitaria ampliamente reconocida desde hace años. Su vertiente cinematográfica y catódica es ya otro cantar.

    Muchos de los que le atacan y satirizan no serían capaz ni de darte un vaso de agua del grifo en caso de que agonizaras de sed.

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  4. Hay figuras y personajes famosos que se convierten en dianas o presas fáciles para justificar no se el que (los mismos que le atacan no dicen lo mismo de los "suyos" cuando la cagan). Sting es otro de los vilipendiados. Y en otro grado, también lo son Vangelis y Ridley Scott. Ni caso, Sting y Vangelis tienen discos y épocas que me llegan mucho al corazón, y ante lo que no hay nada que demostrar (lo que hay que hacer es sentir).

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  5. Y luego existen payasos como Bono o los pijiprogres de la aristocracia artística en España. O iconos de la modernidad gafapastil que se llenan la boca berreando acerca de la justicia social y el sufrimiento del alma humana, y luego son unos auténticos bastardos en su vida cotidiana. Todo hueco. Todo falso. Todo convertido en un arma arrojadiza y convertido en una especie de pose en la que queda mucho más guay defenestrar la trascendencia y la belleza de un peliculón (es un ejemplo) como 'El Reino de los Cielos' y loar y bendecir, en cambio, cualquier truño pretencioso parido por el cineasta minoritario y electo de turno (que normalmente no tiene ni zorra de dónde poner la cámara).

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  6. Si es cierto que Bono escupio al público durante un concierto de U2 dejalo ir :-D También está Melendi que armó el Cristo en un viaje de avión.

    Respecto a los cineastas minoritarios, seguro que no tienen la culpa de ser utilizados. Habría que hilar muy fino, como con los cineastas mayoritarios (tampoco gustar a la mayoria ha de ser un salvoconducto como en el caso contrario).

    Además, ¿que podríamos catalogar como minoritario y mayoritario? ¿Donde pondriamos a Alfred Hitchcock, por ejemplo? ¿Es minoritario o mayoritario? Interesante cuestión.

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  7. Todo depende de lo que lleve uno dentro. Lo que sí es cierto es que hoy en día existe una especie de posicionamiento negativo hacia toda aquella obra que oculte en su interior cualquier atisbo de épica, trascendencia y espiritualidad.

    En todo caso, yo juzgo a una película por lo que me transmite, sea obra (o no) de un director novel.

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  8. A ver si podemos hablar de aquella famosa escena de lucha final entre Bruce Lee y Chuck Norris. De esa película titulada "El Furor del Dragón". Esta y otras de Bruce Lee eran películas de bajo presupuesto, pero Lee llena la pantalla como nadie.

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  9. Lo que lleve uno dentro, buena frase. Ello puede determinar nuestro acercamiento al cine y a otro tipo de artes creativas como la literatura o la pintura.

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  10. Mítica escena, amigo mío. Antológica. Siempre me impresionó la tremenda presencia de Lee en pantalla. Irradiaba una fuerza y un magnetismo volcánicos. Sólo por el enfrentamiento entre estos dos colosos (pues Norris no le iba a la zaga), ya merece la pena echar un vistazo a la peli (que, seamos sinceros, no es gran cosa desde un punto de vista cinematográfico).

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  11. Bruce Lee aunaba relajación y tensión (sin duda la extensión de su propia persona). Para tensión la perseverancia que tuvo que tener hasta lograr el éxito, ya que tuvo que regresar a Hong Kong después de las mil y una putadas que le hacían en Estados Unidos (como quitarle la co-autoría y el papel principal de la serie Kung Fu por ser demasiado "chino" para el público americano).

    En el libro de Chuck Norris que comento en esta entrada el norteamericano habla bastante de varias facetas de Lee, y el mutuo aprecio y respeto que se tenían (no eran intimos pero si eran amigos).

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  12. Karate contra kungfú, oriente contra occidente, miradas entrecruzadas que fundirían el acero... todo ello enmarcado en el coliseo romano (¿existe mejor marco para situar un duelo?) y protagonizado por dos gladiadores modernos, dos auténticos maestros en sus respectivos estilos a punto de cruzar la línea del no retorno. Norris está espléndido en su implacable hieratismo; Bruce Lee, temible en su furibunda intensidad.
    En mi opinión, uno de los dos o tres enfrentamientos más evocadores y poderosos de la historia del cine.

    A modo de conclusión, decir que Chuck Norris es seis veces campeón del mundo de karate (modalidad peso medio), además de ser un maestro consumado de taekwondo y hapkido. Los títulos ganados en diferentes competiciones son innumerables y es un icono de la historia de las artes marciales desde hace décadas.

    Os dejo, a modo de última reseña, un breve muestrario de su código ético:

    'Desarrollaré mi potencial al máximo posible en todas las perspectivas de mi vida.'

    'Olvidaré los errores del pasado y me concentraré en los grandes triunfos del presente.'

    'Me mantendré siempre en un pensamiento positivo y trataré de transmitir éste a todas las personas que conozca.'

    'Trataré continuamente de desarrollar el amor, la alegría y la lealtad en mi familia, y comprenderé que ningún otro logro puede compensar las fallas en el hogar.'

    'Buscaré lo mejor de todas las personas y les haré sentir que valen la pena.'

    'Si no tengo nada bueno que decir sobre una persona, no diré nada.'

    'Daré tanto tiempo a mejorar mi persona que no tendré tiempo de criticar a los demás.'

    'Seré siempre tan entusiasta con los logros de otras personas como con los míos propios.'

    'Mantendré una actitud de tolerancia hacia las personas que tienen un punto de vista diferente del mío, mientras todavía me mantendré firme respecto a lo que personalmente creo verdadero y honesto.'

    'Me mantendré siempre altamente orientado durante toda mi vida con una actitud positiva a ayudar a mi familia, mi país y mi persona.'

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  13. Buena reseña, ¡gallimimus!

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